La verdadera sostenibilidad y el verdadero consumo consciente empiezan cuando decidimos cuidar lo que elegimos llevar puesto. Y ese cuidado debe comenzar desde el primer día. Porque alargar la vida útil de la ropa no solo es una forma de ahorrar, sino también de reducir nuestra huella ambiental. En este artículo vas a encontrar consejos prácticos para cuidar la ropa nueva desde el primer uso y asegurar que te acompañe durante mucho tiempo.
¿Qué debemos hacer con la ropa después de estrenarla?
Lo que hagamos nada más estrenar una prenda, ya sea nueva o de segunda mano, marcará la diferencia entre una pieza que dura años y otra que se estropea en semanas. ¿Por qué es importante cuidar una prenda desde el primer uso? Porque es una forma sencilla de practicar el consumo responsable. No se trata solo de qué compramos, sino de cómo lo conservamos. Empezar con estos hábitos es una forma de reducir residuos, ahorrar recursos y alargar la vida útil de cada pieza de nuestro armario.
Primeros pasos para cuidar la ropa nueva y que nos dure más tiempo
Imagen de Pavol Tančibok vía Unsplash.
Lava según el tipo de prenda
Si se trata de ropa nueva, lavarla antes de estrenarla suele ser recomendable. Algunas prendas contienen restos de tintes, aprestos o productos químicos del proceso de producción o almacenaje. Lavarla antes del primer uso ayuda a eliminar estas sustancias y evitar posibles alergias o irritaciones.
En el caso de la ropa de segunda mano también es aconsejable lavar o higienizar antes de usar porque puede haber acumulado polvo o restos de perfumes de su uso anterior. El lavado se puede realizar en lavadora con detergentes suaves, a mano o con vapor, según el tipo de tejido.
En general, es preferible evitar el suavizante, especialmente en ropa deportiva o técnica, ya que puede dañar sus fibras. El uso de bolsas de lavado es muy recomendable en el caso de prendas delicadas como la ropa interior o en el caso de fibras sintéticas como el poliéster, ya que ayudan a reducir la liberación de microplásticos.
También hay que tener en cuenta que no todo necesita un lavado inmediato. A veces basta con airear bien la prenda, especialmente si ha estado almacenada, o si se trata de una prenda delicada. Colgarla al aire libre ayuda a eliminar olores y humedad sin desgastar los tejidos.
Lee bien la etiqueta
La etiqueta de cuidado contiene las instrucciones específicas del fabricante para mantener la prenda en buen estado. Por tanto, familiarizarse con los símbolos de lavado, planchado y secado de una prenda es imprescindible para cuidarla desde el primer día.
Comprueba la temperatura de lavado, si permite plancha, secadora o si requiere limpieza en seco…
También es interesante examinar esta etiqueta antes de comprar una prenda, tal y como aconsejan las expertas en segunda mano. Así sabremos exactamente a qué materiales nos estamos enfrentando y si esa prenda requiere cuidados especiales y encaja en nuestra rutina de cuidado habitual (por ejemplo, si requiere tintorería y no sueles llevar ropa a lavar en seco frecuentemente). En este último caso, podremos decidir antes de pagar si queremos asumir ese mantenimiento.
Revisa costuras, dobladillos, botones y cremalleras
Dedica un momento a inspeccionar la prenda. Si es necesario, antes de estrenarla, refuerza botones flojos, revisa cremalleras y comprueba que las costuras estén bien cosidas. Estos pequeños gestos pueden evitar desperfectos mayores tras el primer uso o el primer lavado.
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Apuesta por productos de limpieza suaves y sostenibles
El detergente que utilizamos para lavar la ropa no solo puede afectar al tejido, sino también al planeta. Muchos productos convencionales contienen químicos agresivos que, con el tiempo, dañan las fibras textiles, y contaminan el agua. Por tanto, elegir alternativas suaves y sostenibles es una forma de prolongar la vida de las prendas y reducir la huella ecológica.
¿Qué características debe tener un buen detergente sostenible?
- Su fórmula debe ser biodegradable y descomponerse en el medio ambiente sin dejar residuos tóxicos. Los detergentes ecológicos certificados, como los que llevan el sello Ecolabel o Ecocert, son igual de eficaces y respetuosos con el entorno y la piel.
- Debe prescindir de fragancias artificiales y colorantes, así se reducen también los residuos químicos; y también de fosfatos y blanqueantes ópticos porque son componentes especialmente agresivos para el agua y los tejidos.
- Su formato debe ocupar envases reciclables, recargables, o venir en formato sólido o a granel para reducir los residuos plásticos. Relacionado con estos dos últimos casos, el jabón de Marsella o el jabón neutro en escamas es ideal para lavar a mano prendas delicadas, lana o seda.
- Otras alternativas sostenibles para el cuidado de la ropa son, por ejemplo, el vinagre blanco y el bicarbonato de sodio. El primero funciona como suavizante natural y el bicarbonato de sodio es excelente para reforzar el lavado. Ambos son buenos aliados para eliminar olores o residuos sin dañar las fibras.
Si no se está familiarizado con los detergentes suaves y sostenibles, es recomendable empezar poco a poco en lugar de cambiarlo todo de una vez. Se puede comenzar alternando el detergente habitual con uno ecológico, o usar vinagre blanco como suavizante una vez por semana.
Elegir productos de limpieza respetuosos significa menos desgaste en los tejidos (ropa que dura más), menos contaminación en el agua y menos residuos plásticos.
Guárdala correctamente desde el primer día
Guarda cada prenda en el espacio adecuado, es decir, colgada si se arruga fácilmente o doblada si tiende a deformarse. Evita dejar la ropa nueva amontonada, en bolsas durante días o colgada de perchas inadecuadas que puedan deformar las prendas.
Si no vas a usar la prenda nueva de inmediato, dóblala con cuidado o utiliza una percha adecuada para mantener su forma y no estropear el tejido.