Checklist de inspección visual para detectar materiales con amianto - ☣️ AMISUR

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La identificación de zonas que pueden contener amianto es el primer paso para prevenir. Aunque la inspección profesional es imprescindible para confirmar la presencia de fibras de asbesto, una inspección visual preliminar bien orientada puede ayudar a los usuarios a reconocer posibles riesgos y tomar decisiones antes de intervenir o reformar un espacio. Este checklist está diseñado como una herramienta práctica, útil para una primera revisión, sin necesidad de equipo técnico ni manipulación directa de los materiales.

El amianto fue ampliamente utilizado por su resistencia al calor, aislamiento acústico y durabilidad, por lo que puede encontrarse en una gran variedad de productos de construcción, especialmente en edificaciones anteriores al año 2002, cuando su uso fue restringido o prohibido en la mayoría de países europeos. Su identificación visual, sin embargo, no es sencilla, ya que suele estar integrado en otros materiales y su apariencia es similar a la de elementos libres de fibras de amianto. Por eso, este checklist se basa en indicadores visuales, contextuales y cronológicos, con el fin de identificar zonas que requieren evaluación técnica posterior.

¿Dónde buscar amianto? Áreas y materiales con mayor probabilidad de contener amianto

En construcciones antiguas, hay ciertos materiales sospechosos por su uso histórico. Algunos de los más comunes son:

  • Tejados y cubiertas: Placas onduladas de fibrocemento, popularmente conocidas como “uralita”, utilizadas en techos, cobertizos y naves.

  • Falsos techos y placas acústicas con acabado texturado, frecuentes en oficinas o edificios públicos de los años 60 a 80.

  • Aislamientos térmicos en calderas, conducciones de vapor y tuberías, especialmente si presentan un recubrimiento blanco o grisáceo friable.

  • Revestimiento de paredes: Algunas pinturas texturadas, gotelés o paneles pueden contener fibras.

  • Suelos vinílicos: Baldosas o losetas de PVC antiguas, sobre todo si están unidas con adhesivos oscuros, muchas veces contienen amianto en su composición.

  • Canalizaciones y bajantes: Tuberías de fibrocemento para aguas pluviales o fecales, comunes en bloques de pisos construidos hasta la década de 1990.

Indicadores visuales para una primera evaluación no profesional

Durante una inspección visual, no se deben tocar ni alterar los materiales de los cual se tiene sospecha, ya que esto puede liberar fibras al ambiente. Sin embargo, hay signos que pueden ayudar a clasificarlos:

  • Aspecto fibroso o pulverulento: Si el material está deteriorado, con roturas visibles o parece soltar polvo al menor roce, hay mayor riesgo de exposición.

  • Etiquetas o marcas de fabricación: Algunos elementos antiguos incluyen referencias de fabricación que pueden indicar la presencia de amianto (palabras como «URALITA» suelen aparecer en elementos contaminados).

  • Estado de conservación: Materiales agrietados, rotos, expuestos al agua o con presencia de moho requieren atención inmediata.

  • Ubicación y función del material: Los elementos sometidos a altas temperaturas o aislamiento acústico en instalaciones viejas deben ser considerados.

Qué hacer si se identifica un material sospechoso

Una vez completada la inspección visual, si se detectan uno o varios materiales potencialmente peligrosos, lo correcto es evitar cualquier intervención (lijado, taladrado, quebrado) y contactar con una empresa especializada en localización de amianto como Amisur. Es mediante análisis en laboratorio, como se puede verificar la composición del material.

Cabe aclarar que este checklist no sustituye una inspección profesional, pero permite una detección preventiva. Es especialmente útil para propietarios, administradores de fincas, técnicos municipales o empresas de mantenimiento que buscan una guía sencilla y práctica antes de ejecutar reformas, demoliciones o rehabilitaciones.

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