Aumento del gasto público y mínimos servicios

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Decía el economista James Robinson que los gobiernos te ponen la plata en un bolsillo para sacarte el doble por el otro bolsillo. El problema es que “lo público no es gratis”, sino que sale de nuestras espaldas. En los últimos diez años, el gasto público en Navarra ha aumentado un 70%. El Gobierno de Navarra se ha convertido en una gran empresa que pone los precios que le da la gana (impuestos) sin consultar a nadie y sin competencia. ¿Qué sucedería si un supermercado subiera desorbitadamente cada uno de los productos? Supondría un rotundo fracaso.

El ejecutivo de Chivite ha subido el impuesto de sucesiones, el de sociedades, el IRPF, etc… Para colmo viene la Declaración de la Renta cada año y nos reducimos menos elementos. Y tenemos que pagar sin rechistar, porque de lo contrario viene Hacienda con el martillo pilón.

Según el Think Tank Institución Futuro, “el Ejecutivo foral ha aprobado el techo de gasto no financiero, con el que se elaborarán los Presupuestos Generales de 2026, en 6.315 millones de euros, un incremento del 5,7% con respecto al año anterior. Si en el año 2016 el presupuesto era de 3.506 millones, en diez años casi se ha duplicado”. Además se ha recaudado en impuestos directos e indirectos muy por encima de lo presupuestado.

El año pasado el gasto público por habitante alcanzó la cifra de 9.461 euros por navarro. En una familia de tres componentes pagaría 28.383 euros al año. Si en Navarra están trabajando y con afiliación a la Seguridad Social una cifra aproximada de 320.000 personas, la aportación personal se duplica. En sanidad pública, se calcula que pagamos 2.172 euros por persona; si lo multiplicamos por 55 años de cotización nos daría un montante de 120 mil euros. ¿Con este dinero podríamos pagarnos un seguro sanitario privado? En educación contribuimos con una media por persona de 1.493 euros por año. ¿Con tres mil euros por pareja, podría llevar a su hijo a un centro privado? Una pareja navarra contribuye con sus impuestos a lo largo de su vida en una media de un millón de euros. La pregunta es clara: ¿Los impuestos, a veces desmesurados que aportamos, se corresponden con la calidad de los servicios? Vivimos en una sociedad en que los políticos gobernantes presumen de realizar a veces obras faraónicas sin importarles las deudas que dejan a los siguientes. Pero, ¿sabemos de alguna obra importante que ha realizado Chivite en seis años? El Canal de Navarra se ha vuelto a retrasar, el TAV va realizándose a cuenta gotas, los agricultores están que trinan por su nula inversión, la despoblación de los municipios está dejando las casas sin habitantes, las empresas se marchan a La Rioja y Aragón, las carreteras están llenas de baches y sin asfalto. Para una gran inversión que realiza Chivite, que es Belate, está plagada de incorrecciones y de dudas al estar implicado, supuestamente, su amigo Santos Cerdán.

Si nos adentramos en la “cocina de andar por casa”, los impuestos van creciendo, los funcionarios forales aumentan año tras año, las listas de espera en sanidad dan la vuelta varias veces al Palacio de Navarra, en educación se sigue favoreciendo a la pública y a las ikastolas, asfixia a la concertada y se concede decenas de millones a las asociaciones euskéricas por mandato de Bildu. A nivel institucional, se niega la venida de los Reyes y Leonor a los premios Princesa de Viana desde 2015 y, sin embargo, se invita a los monarcas varios días a visitar Navarra con el fin de lavar la imagen de María Chivite, muy deteriorada. Por favor, no manipulemos a la monarquía.

Recapiti
ana-yerro