Autor: Elena Usunáriz
10 octubre, 2025
Hablar de salud mental ya no es algo excepcional. Cada vez más jóvenes lo hacen con naturalidad, en redes, en clase o con sus amigos y amigas. Ansiedad, agotamiento, tristeza o estrés son palabras que antes apenas se pronunciaban y que hoy forman parte de las conversaciones cotidianas.
Esa nueva manera de mirar hacia dentro es una buena señal: hay más conciencia, más lenguaje emocional y menos miedo a reconocer y nombrar el malestar. Pero también es una llamada de atención: sentirse mal es un sentimiento común.
Con motivo del Día Internacional de la Salud Mental, Fad Juventud comparte un avance del V Barómetro Juventud, Salud y Bienestar, elaborado junto a la Fundación Mutua Madrileña. Aunque los resultados completos se presentarán próximamente, este adelanto ya deja ver cómo se encuentra la juventud española y qué ha cambiado en su relación con el bienestar emocional.
Más jóvenes reconocen su malestar
El 54,7% de las y los jóvenes afirma haber pasado por algún problema psicológico o de salud mental en el último año. Es un dato alto, aunque desciende ligeramente respecto a 2023 (59,3%). Después del impacto de la pandemia, parece que la curva se ha frenado, aunque todavía queda lejos de los niveles previos.
Detrás de los números hay un cambio que va más allá de las estadísticas: jóvenes que son capaces de reconocer y nombrar su malestar. Ya no se trata solo de “estar estresado” o de “tener un mal día”; ahora se habla abiertamente de ansiedad, de agotamiento emocional o de tristeza. La ansiedad, en particular, continúa en aumento: ha pasado de un 31,4% en 2021 al 39,8% en 2025.
Lo que antes se vivía en silencio ahora empieza a compartirse. Y aunque reconocerlo no resuelve el problema, rompe el aislamiento y abre la puerta a buscar apoyo. Ese gesto -atreverse a decir “no estoy bien”- es, en sí mismo, un avance.
GRÁFICO 1: FRECUENCIA DE PROBLEMAS PSICOLÓGICOS, PSIQUIÁTRICOS O DE SALUD MENTAL (ÚLTIMO AÑO). EVOLUCIÓN 2017-2025 (%)
Pregunta. En los últimos 12 meses, ¿has tenido o has creído tener alguna vez un problema psicológico, psiquiátrico o de salud mental? Categorías recodificadas: Nunca (1); Una sola vez (2); De vez en cuando (3); Con frecuencia (4) + Continuamente (5). // Base = 1.511 personas (15-29 años); 2023: N = 1.200 (2023: Barómetro Salud y Bienestar 2023); 2021: N = 1.501 (Barómetro Salud y Bienestar 2021); 2019: N = 1.200 (Barómetro Salud y Bienestar 2019); 2017: N = 1.213 (Barómetro Salud y Bienestar 2017).
Conciencia sí, y nuevas formas de afrontarlo
A pesar de esa mayor conciencia, no todos ni todas las jóvenes con malestar acuden a un profesional: más de la mitad de quienes dicen tener un problema no han pedido ayuda profesional. Y eso no siempre es una mala noticia. Una parte significativa (33,4%) asegura haber logrado resolverlo por sí mismos, lo que también habla de una mejor capacidad de afrontamiento y de un creciente aprendizaje emocional.
Sin embargo, hay otro grupo que sigue encontrando barreras para pedir ayuda, con un 22,6% que no lo comparte con nadie. Los principales motivos son haberlo resuelto por su cuenta (33,4%), vergüenza (experimentada por un 27,2%) y el no querer contarle a nadie lo que les pasa (25,8%).
Pese a todo, algo está cambiando. Las y los jóvenes sitúan el bienestar físico y emocional en el centro de sus prioridades vitales. El 50,9% considera que lo más importante es tener buena salud. También cobra fuerza la conciliación y el tiempo personal: un 34,8% de jóvenes da prioridad a que su trabajo le permita compatibilizar la vida laboral con la personal.
Todo ello dibuja una juventud que, sin negar sus dificultades, prioriza la estabilidad, la salud y la calidad de vida. Una generación que quiere estar bien —y no solo parecerlo.
Bienestar no es solo “no estar mal”
El Barómetro también muestra una idea cada vez más extendida: la salud mental no se limita a la ausencia de problemas, sino que tiene que ver con sentirse equilibrado, tener relaciones sanas y disponer de tiempo para uno o una misma.
Las y los jóvenes valoran el descanso, el ocio, el apoyo de su entorno y la posibilidad de desconectar. Las redes sociales, mientras tanto, siguen siendo un espacio ambivalente: fuente de compañía y de información, pero también de comparación constante y presión por mostrarse perfecto. Aprender a gestionarlas, establecer límites y cuidar el tiempo fuera de pantalla se ha convertido, para muchos, en parte del propio autocuidado.
Este avance del V Barómetro Juventud, Salud y Bienestar ofrece una fotografía actual de cómo viven y sienten las y los jóvenes su salud en un sentido amplio. Los datos apuntan a un panorama complejo y muy diverso y sacan a la luz diferencias significativas entre jóvenes que también hay que evidenciar para mejorar el acceso a la atención y construir entornos que acompañen, prevengan y den respuestas justas y eficaces.