Madrid es la región española con la fiscalidad más competitiva, mientras Navarra muestra una deriva preocupante, continúa su estancamiento en el puesto 14 y en el IRPF en el 18. Institución Futuro recoge y analiza los datos del Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF) 2025.
El Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF) 2025, publicado por la Fundación para el Avance de la Libertad, sitúa un año más a Madrid como la región española con la fiscalidad más competitiva, seguida muy de cerca por las tres provincias vascas: Vizcaya, Álava y Guipúzcoa. En el extremo opuesto se encuentran Cataluña, Asturias y Aragón, que presentan los sistemas tributarios menos atractivos del país. La Rioja destaca este año por mejorar tres posiciones, mientras que Andalucía y Galicia retroceden. Por su parte, Navarra se mantiene en el puesto 14, sin variación respecto a 2024, lo que confirma su estancamiento.
Deriva preocupante de la competitividad navarra
La evolución de la competitividad fiscal de Navarra refleja una deriva preocupante. Ha pasado del 7º puesto en 2017 al 14º en 2025. Aunque en 2022 se registró una leve recuperación, la tendencia posterior ha sido descendente.
La evolución de Navarra en los distintos subíndices del IACF pone de manifiesto un patrón persistente de baja competitividad fiscal. En el Impuesto sobre la Renta, la Comunidad Foral ha permanecido prácticamente estancada y en las últimas posiciones. En el Impuesto sobre el Patrimonio la situación es prácticamente similar y solo en el Impuesto sobre Sucesiones se observa una leve estabilidad en la parte media-baja del ranking, aunque también con un deterioro a largo plazo, al pasar del 9º puesto en 2017 al 15º en 2025.
Además, la percepción de los navarros sobre la carga fiscal ha cambiado radicalmente en la última década, según los análisis anuales de CoCiudadana. En 2015 solo un 11% pensaba que en Navarra se pagaban más impuestos que en los países más avanzados de Europa. Diez años después, esa cifra asciende al 51%, mientras cae drásticamente la proporción de quienes opinan que se paga menos. El sentimiento generalizado es claro: la presión fiscal en Navarra se percibe como más elevada y menos justa que en otros lugares de referencia.
No cabe duda de que la fiscalidad es un elemento clave para el desarrollo económico de una región. Navarra no compite solo con otras CCAA españolas, sino con territorios europeos que buscan atraer empresas, empleo y talento. En un contexto de ingresos públicos récord, incluso por encima de lo presupuestado, resulta incomprensible que la Comunidad Foral mantenga una presión fiscal tan elevada. Si se quiere crecer y retener actividad económica, Navarra debe utilizar su capacidad normativa para diseñar una fiscalidad más competitiva, que incentive la inversión y la prosperidad.
