LA INCLUSIÓN EN EL ESPACIO: aulas adaptadas a menores con discapacidad física y/u orgánica. - Famma

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LA INCLUSIÓN EN EL ESPACIO: aulas adaptadas a menores con discapacidad física y/u orgánica.

Espacios inclusivos para todos.

Han pasado ya dos meses desde que comenzó la escuela y los menores están tratando de familiarizarse con el horario, el espacio del colegio y empiezan a vincular nuevos compañeros. Es en aquellos momentos tanto de ocio como en el aula, donde afloran con mayor claridad las diferencias en la experiencia escolar de quienes tienen alguna discapacidad física y/u orgánica de los que no. Se nos olvida que hay niños que se enfrentan a barreras físicas que limitan su participación, como escaleras, suelos irregulares o mobiliario poco accesible, mientras ven como otros estudiantes se sienten cómodos y con mayores facilidades. 

Por esta razón, desde FAMMA somos conscientes de que la inclusión de personas con discapacidad física y/o orgánica es un compromiso social que implica que vivan con dignidad y autonomía. La accesibilidad física de ellos no es solo una cuestión de infraestructura, sino también de construir una sociedad justa e igualitaria para todos.  

Exclusión y el impacto emocional que tiene en los menores.  

La falta de acceso no es solo física, sino también emocional.  Muchos niños piensan que ‘’no se les está permitido jugar’’ y que ‘’son diferentes’’ , porque no pueden jugar con el resto de los compañeros debido a las barreras que se encuentran en su entorno. También en clase, se encuentran con aulas estrechas y pupitres que no les permiten mover su silla de ruedas, pizarras no adaptadas a su campo de visión, materiales no adaptados que les impiden seguir la lección… y esto les hace sentirse fuera de lugar y pensar que ellos no tienen derecho de disfrutar de la escuela y de aprender como el resto.  

Sin embargo, si hubiera más lugares pensados para todo el mundo la autoestima y la autonomía de estos menores no se verían afectadas. Cuando un niño o niña puede moverse con seguridad, participar en actividades escolares y recreativas, y usar los mismos espacios que sus compañeros, se siente parte del grupo, no una excepción. 

Necesitamos una acción social.  

Para que todo esto cambie, se necesita sensibilizar a la sociedad y una acción social directa. Necesitamos que las familias, el claustro de profesores y arquitectos, observen y reclamen cuando vean que hay obstáculos físicos en los centros educativos.  

La accesibilidad no es un favor, ni un capricho, es un derecho; y por lo tanto, una responsabilidad colectiva que nos involucra a todos y con la que así podremos crear una educación verdaderamente inclusiva.  

Espacios que nos representan.  

Siro López, artista y educador por medio de una serie de principios nos explica muy bien como debe ser una escuela inclusiva:  

  • Espacio como herramienta pedagógica: repensar el espacio desde una mirada pedagógica significa diseñar ambientes que fomenten la curiosidad, el movimiento, la colaboración, la concentración y el bienestar.  
  • Creatividad y participación: involucrar a estudiantes, docentes, familias y otros actores en el rediseño del entorno escolar potencia la corresponsabilidad educativa y promueve un sentido de pertenencia 
  • Accesibilidad e inclusión: como principio fundamental y objetivo que se debe de conseguir.  
  • Naturaleza y bienestar: es importante vincular con el entorno que nos rodea, y los niños deben de estar con más contacto con la naturaleza con el fin de mejorar su bienestar emocional y tener sentido de pertenencia.  

Rediseñamos para la inclusión.  

Por lo tanto, los cambios que se podrían ofrecer a nivel arquitectónico serían los siguientes: 

  • Espacios modulables.  
  • Rampas accesibles y con una pendiente adecuada.  
  • Mobiliario de clase adaptado al campo de visión de los menores.  
  • Carteles con pictogramas sobre los distintos lugares y sitios de acceso.  
  • Espacios dónde haya aislamiento acústico.  
  • Baños amplios y con barras de apoyo.  
  • Suelos antideslizantes.  
  • Puertas más anchas para permitir el acceso de las sillas de ruedas, con un mínimo de 80 cm.  
  • Ascensores y plataformas elevadoras en las escaleras.  
  • Pasillos más amplios y espacio suficiente entre mesa y mesa para que pasen todos los alumnos.  
  • Recreo inclusivo (columpios con arnés, rampas de acceso, suelo liso y antideslizantes y juegos adaptados).  
  • Comedor con sillas adaptadas. 
  • Biblioteca con estantería accesible.  

Esto ya lo están cumpliendo muchos de los colegios con los que nos coordinamos como es el Marqués de Suances que cuenta con ascensor, rampas accesibles, baños adaptados y planes de mejora de patios.  

¡Contamos contigo! 

Queremos que formes parte de esta buena acción, con el fin de que todos nosotros garanticemos la igualdad de oportunidades, la autonomía y la inclusión social.  

Muchas veces nos quedamos quietos ante estas cuestiones, porque pensamos que una mínima acción no es relevante, pero si lo es y tu criterio y tu visión cuenta; te invitamos desde FAMMA a fomentar que se construyan escuelas para TODOS y con ello construir una sociedad más empática, abierta, sensibilizada y consciente en un futuro.   

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