COP30: un mecanismo de Transición Justa, pero los avances clave siguen estancados - Alianza por la Solidaridad: Un mundo más justo y sostenible

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Desde ActionAid celebramos que la COP30 haya dado un paso importante con la adopción del Mecanismo de Transición Justa (Mecanismo de Acción de Belém – BAM). Este logro, impulsado durante años por comunidades, organizaciones sociales y movimientos de trabajadoras de todo el mundo, reconoce por fin que la acción climática debe ir de la mano de la justicia social.

COP30, nuevo mecanismo de transición justa

Este nuevo mecanismo es una herramienta esencial para apoyar a los países en el desarrollo e implementación de planes de transición en sectores como la energía, la agricultura o los minerales. No se trata solo de reducir emisiones: hablamos de proteger los derechos de las comunidades y de las personas trabajadoras que sostienen nuestras sociedades.

“Este nuevo mecanismo es una gran victoria para las personas trabajadoras, las mujeres y los grupos de la sociedad civil que vinieron pidiendo un marco que garantice que la acción climática también proteja los empleos y mejore la vida de las personas”.
Teresa Anderson, responsable global de justicia climática en ActionAid International

Un mecanismo que habrá que vigilar de cerca, ya que hasta ahora solo el 2,8% de la financiación se vinculaba con proyectos de transición justa.

Una Unión Europea sin el liderazgo climático que necesitamos

La falta de ambición en muchos de los resultados de la COP30 contrasta con los discursos de liderazgo climático de la Unión Europea y otros países ricos. Sus planes climáticos (NDC, Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional) siguen muy lejos de lo necesario para cumplir con el Acuerdo de París.

“La COP30, que debía centrarse en la implementación, se ha convertido en un espacio de intercambio de culpas y declaraciones vacías, sin las decisiones concretas que exige la crisis climática”.
Isabel Iparraguirre, experta en Transición Justa de Alianza-ActionAid

Esto se evidenció claramente en la incapacidad de los países desarrollados para avanzar en una hoja de ruta para la eliminación de los combustibles fósiles o en una estrategia global contra la deforestación. En su lugar, la presidencia de la COP propuso iniciativas voluntarias sin carácter vinculante de cara a la próxima COP.

Financiación climática: el gran bloqueo

Uno de los objetivos clave era lograr un compromiso firme para triplicar la financiación para la adaptación. Aunque el texto menciona este objetivo para 2035, lo hace sin aclarar aspectos esenciales.

“No existe una línea base clara: ¿triplicar respecto a qué? No se establece una vinculación con la provisión de financiación pública y en forma de subvenciones, ni se determina quién debe aportar y facilitar estos recursos.”

La realidad es que la COP30 no ha logrado avances significativos en financiación climática, lo que supone un nuevo fracaso para los países y comunidades del Sur Global, que dependen de estos recursos para mitigar, adaptarse y enfrentar pérdidas y daños. Los países desarrollados, incluida la UE, han vuelto a rechazar asumir su responsabilidad histórica, debilitando la confianza y frenando el progreso global.

Un plan de género lejos de ser transformador

Durante la COP30 también se adoptó el Gender Action Plan (GAP) para el periodo 2026-2034, un instrumento clave para garantizar que la igualdad de género se integre en la acción climática. Sin embargo, el resultado final no es tan transformador como esperábamos.

El texto del GAP:

  • no incluye presupuesto específico ni recursos concretos para su implementación,
  • define resultados esperados, pero sin indicadores desagregados por género, edad o grupos vulnerables,
  • y no refuerza un enfoque feminista e interseccional capaz de abordar las desigualdades estructurales que enfrentan mujeres, niñas y diversidades.

Además, como ya ha ocurrido en anteriores negociaciones, países como Argentina, el Vaticano e Irán se opusieron a incluir lenguaje de género en los textos oficiales, debilitando aún más la ambición del resultado.

La igualdad de género no puede encerrarse en un plan específico: debe estar integrada transversalmente en todas las áreas de negociación climática.

Bosques: sin hoja de ruta, pero con un nuevo mecanismo financiero

Tampoco se consiguió incluir una hoja de ruta global contra la deforestación en los textos finales. No obstante, se aprobó un mecanismo relevante: el Tropical Forest Facility (TFFF), impulsado por Brasil.

El TFFF aspira a movilizar 125 000 millones de dólares para apoyar a los países encargados de proteger selvas tropicales y ecosistemas clave:

  • 25.000 millones en financiación pública,
  • 100.000 millones en financiación privada.

Supone un paso adelante, aunque aún insuficiente para una estrategia global robusta de protección forestal.

Seguiremos peleando: justicia climática, igualdad y financiación real

La COP30 ha demostrado que, aunque logramos avances importantes como el Mecanismo de Transición Justa o el TFFF, seguimos enfrentando una profunda falta de compromisos, recursos y voluntad política para transformar el sistema.

Desde ActionAid seguiremos luchando para que:

  • la financiación climática sea real, suficiente y justa,
  • la igualdad de género sea un pilar transversal de toda la acción climática,
  • y las transiciones sean verdaderamente justas para las personas y para el planeta.

Los avances son posibles, pero solo llegarán si la presión social continúa y si los países ricos cumplen, de una vez por todas, con su responsabilidad.

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