Dircoms, ¡no estáis solos! - Síntesi

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Hace pocos días me encontré con una directora de comunicación que, con cara de agotamiento, me explicó que estaba desbordada, que no llegaba a todo y que hacía meses que quería sentarse a redactar el plan de comunicación, pero que no atrapaba el trabajo y no hallaba el momento para ponerse a ello.

Me decía que se sentía al borde del colapso: que el móvil no dejaba de sonar, que pasaba de una reunión a otra con el correo abierto todo el día, que tenía la sensación de estar en todos los frentes, que las urgencias le ocupaban toda la agenda y que el medio y largo plazo solo existían como una lista de “ya lo haré cuando tenga un rato”.

Seguramente, muchas y muchos dircoms os identificaréis con esta sensación de no llegar a todo que amenaza en convertirse en vuestra normalidad, pero no estáis solos. En Síntesi, llevamos más de 30 años acompañando a directores y directoras de comunicación y hemos visto que, cuando el día a día lo tapa todo, es cuando nuestro apoyo es más valioso.

En estos casos, nuestro trabajo siempre empieza por una cosa tan aparentemente sencilla como poner orden. Parar, mirar el conjunto y ayudar a discriminar qué es realmente importante, qué viene dado por inercia y qué, puede, ya no sería necesario seguir haciendo. No se trata de hacer grandes revoluciones, sino de recuperar criterios: ¿por qué hacemos lo que hacemos?, ¿qué aporta?, ¿a quién sirve?, ¿dónde queremos llegar?

Al mismo tiempo, sabemos que lo que más cuesta de encontrar es tiempo para pensar. Por eso procuramos crear condiciones para que el dircom pueda levantar la cabeza de las urgencias y volver a conectar la comunicación con los objetivos de la organización. Aportamos mirada estratégica, ayudamos a ordenar ideas, a priorizar líneas de trabajo, a dar forma a aquel plan de comunicación que hace meses que ronda por la cabeza, pero que no acaba de salir.

La otra pieza clave es la mirada externa. Desde dentro resulta muy difícil ver determinadas cosas: inercias que restan energía, canales que ya no tienen sentido, mensajes que no acaban de cuadrar con lo que la organización dice que quiere ser. Desde fuera podemos hacer de espejo —con proximidad, pero con honestidad— para que la comunicación no pierda el hilo de la reputación, del contexto y de los públicos a los que se dirige.

Cuando pasa todo esto —cuando hay un poco más de orden, un poco más de espacio para pensar y un poco más de perspectiva— la comunicación dejar de ser solo una cadena de urgencias y vuelve a estar al servicio de la organización. Y el dircom empieza a dejar atrás esta sensación de estar siempre sobrepasado para poder ejercer con más calma su rol estratégico.

Si crees que te iría bien tener a alguien al lado para dar este paso, en Síntesi estamos para hablarlo con calma y ver, juntos, cómo podemos ayudarte.

Recapiti
Dolors Gordils